Inevitablemente hay diferencias fundamentales entre el modo en que los musulmanes ven el cristianismo y el modo en que los cristianos ven el Islam. Puesto que Mohammad* vino después de que se estableciera el cristianismo, la religión que surgió de la misión de Mohammad* consideró que el Cristianismo tenía necesidad de ser purificado, ya que las enseñanzas de Jesus habían sido distorsionadas. En contraste con esto, los cristianos se ven enfrentados a una elección : o el Islam es la religión verdadera, Muhammad es un profeta genuino y los cristianos deberían hacerse musulmanes, o el Islam no es más que una gran mentira y debe ser combatido totalmente. Esta diferencia, en perspectiva, significa que la crítica del cristianismo por parte de los musulmanes, es suave, concentrándose solamente en aquellos aspectos del cristianismo que considera una distorsión de las enseñanzas de Jesus, mientra que la crítica del Islam, por parte de los cristianos, intenta desacreditar cualquier aspecto del Islam que de crédito a su mensaje. La situación es aún más dificil para los cristianos trinitarios, debido a su doctrina de la salvación. Para esta gente es, sobre todo, la creencia en la encarnación de Dios en hombre, lo que creen que garantiza su salvación. Cualquier duda en esta doctrina es realmente equivalente a no tener esta creencia, y considerar la posibilidad de que el Islam es la religión verdadera, es exactamente tener esa duda. Esto hace que la elección sea mucho más escueta: considerar la posibilidad de que el Islam sea la religión verdadera o luchar contra esto.
El ataque al Islam por parte de los cristianos se remonta a la época de las Cruzadas, en la que la "cultura occidental" encontró, realmente y por primera vez, un sentido de identidad. Esta identidad estaba fundamentalmente definida como hostil al Islam. No al Islam como realmente es, sino un cúmulo de mentiras sobre el Islam sin disculpas. Mencionar esto puede parecer un poco extraño por estar tan lejos en el pasado. Sin embargo, el nivel de ignorancia sobre el Islam continua siendo sorprendente, y parte de esta ignorancia es debida a esta persistente reacción cristiana sobre el Islam: mentir sobre ello. El tipo de mentira ha cambiado, por supuesto, ya que, tarde o temprano, la verdad prevalece. Las mentiras que usan los cristianos, como las acusaciones de que los musulmanes adoran Al-Lut (un dios pagano de la luna y pre-islámico), o que el uso del título honorífico "nos/nosotros" en El Corán, se refiere a la pluralidad o trinidad de Dios, o decir que los musulmanes son sexualmente promiscuos, o que Mohammad era el principal ídolo al que adoraban. Estas mentiras ya no son ni remotamente factibles. Las acusaciones contra el Islam, con intención de desacreditarlo, hoy en día se centran en aspectos que no se merecen ninguna investigación seria. Con esto no quiero decir que cualquiera que haga estas acusaciones es un mentiroso, de ningún modo es así. Lo que sí creo que ocurre es que cuando alguien encuentra algo que ligeramente desacredita al Islam, en seguida se lanza a conclusiones ignorantes. Hacen esto, o deliberadamente esconden lo que saben, para mostrar solamente media imagen. Estas acusaciones se repiten entonces, sin ningún interés en investigarlas debidamente.
Me concentraré en algunos tipos de acusaciones para ilustrar esto. Las siguientes conexiones responden a las acusaciones hechas en el "Answering Islam" red de internet ("contestando al Islam") (ver la página de conexiones externas).
¡Hay contradiciones internas en El Corán!
¡Hay equivocaciones gramaticales en El Corán!
En este momento me siento obligado a reconocer la ayuda de Abdel Haleem, catedrático de árabe y estudios islámicos en la "School of Oriental and African Studies" (SOAS), en Londres. Abdel Haleem ha sido muy amable en ayudarme, proporcionando las respuestas al tema planteado en las anteriores conexiones, sobretodo los aspectos gramaticales que yo no estoy capacitado para contestar.
En respuesta a los aspectos gramaticales, el Catedrático Abdel Haleem sugiere "los autores de este folio deberían dedicar tiempo a aprender árabe clásico y estilismos coránicos (Asaaliib al-Bayaan) y entonces, quizás no harían esas equivocaciones"